Los dos errores de Juan Manuel Santos
El 15 de junio Colombia volverá a las urnas para elegir Presidente. Estos comicios interesan en toda Latinoamérica.
Según encuesta de Cifras y Conceptos, divulgada por Radio Caracol, Juan Manuel Santos y el economista Óscar Iván Zuluaga están empatados.
¿Quién triunfará? La primera vuelta la ganó Zuluaga, con casi 30 por ciento de los votos y 450 000 sufragios de ventaja. Las encuestas daban 5 o 6 puntos menos. En segundo lugar quedó el actual presidente Santos con 25. Aunque los sondeos pronosticaban un 30. Curiosamente, se invirtieron los resultados previstos.
¿Qué sucedió? Pienso que Santos cometió dos errores que podrían costarle la presidencia.
Primer error, enfrentarse a Álvaro Uribe. Santos sabe, lo ha reconocido, ser presidente gracias a la popularidad de Uribe, el único líder político capaz de movilizar a una zona notable de la sociedad colombiana.
Aunque Zuluaga sea el adversario, para los electores, inconscientemente, la competencia es entre Santos y Uribe. En el 2010 los colombianos votaron masivamente contra Antanas Mockus, convencidos de que Santos continuaría la obra gubernamental de Uribe.
Segundo error: apostar todo su capital político al diálogo de paz con las FARC. Tras 50 años de violencia, los colombianos piensan que, difícilmente, los narcoguerrilleros podrán reinsertase como ciudadanos respetuosos de la ley.
Además, suele ignorarse la otra cara del fenómeno: los colombianos se acostumbraron a convivir con la guerrilla, pero sin abandonar la idea de derrotarla. Las FARC solo tienen apoyo del 3 por ciento del país.
De ahí la popularidad de Uribe. No es por su carisma, sino porque arrinconó a las FARC, se enfrentó a Hugo Chávez en plano internacional, retomó el control de las carreteras, el Ejército liquidó a algunos de los cabecillas más notorios, y el número de insurgentes pasó de 20 000 a menos de
7 000, devolviéndole al país la fe en la victoria militar contra un enemigo al que no quieren perdonar, sino derrotar o pactar cuando este declare unilateralmente el cese al fuego, entregue las armas y se someta a la ley.
En tiempos de Uribe, por primera vez en muchos años, los colombianos se sintieron orgullosos de un Estado que parecía capaz de lograr la victoria.
Juan Manuel Santos, quien nunca fue más popular que cuando era Ministro de Defensa de Uribe y liquidó al cabecilla Raúl Reyes, quiere pasar a la historia como el presidente que logró la paz a cualquier costo. No es exactamente eso lo que desea la mayoría de sus compatriotas. Quieren la paz, pero no a cualquier precio.