A Jimmy Jairala, prefecto de la provincia del Guayas, lo conocí hace muchos años cuando ambos éramos reporteros, en su caso de televisión. Desde hace una década, el ex colega se retiró de la actividad periodística y entró de lleno a la política.
Tal vez nunca se le pasó por la mente mezclar las dos cosas porque no es correcto ni ético. Cuando eso ocurre ninguna de las dos funciones se cumplen con eficacia. Un paso fugaz como diputado, en la actualidad prefecto de una de las más importantes provincias del país, es lo que muestra en su corta carrera política.
Nos encontramos, no hubo tiempo para prolongar demasiado la conversación, pero fue suficiente para conocer que no piensa volver al periodismo y que en la política se siente cómodo, pese a que no es buena idea acomodarse demasiado, la disputa por el poder es siempre intensa.
Y qué bueno que no vuelva a este oficio, no son los mejores tiempos, estamos desprestigiados, el poder político nos humilla cada vez que puede, nuestra familia sufre por esto, pero por suerte tenemos capacidad de resistir.
Me sorprendió que el Prefecto dedicara una parte de sus actividades a algo más que a pavimentar carreteras, construir puentes o emprender obras de regadío, que son obligatorias e imprescindibles. Gran parte de su acción la destina a la equinoterapia.
Esta clase de terapia es un compromiso de responsabilidad social con la comunidad, especialmente con la que tiene menos posibilidades de surgir sin apoyo y sin solidaridad. Jimmy creó un centro de equinoterapia que, en apenas un mes de funcionamiento, atiende a 150 niños y jóvenes y proyecta atender a 600 en un corto plazo.
Es conocido que el caballo es el único animal capaz de producir un estímulo neurológico, brinda la ilusión al cuerpo de que sus piernas se prolongan. Esto lo entendió muy bien Jimmy al crear este centro terapéutico que en tan poco tiempo está dando excelentes resultados.
Arriba del caballo se efectúan actividades recreativas, ejercicios fisiológicos, psicológicos y neurológicos orientados a mejorar la coordinación, respiración, desarrollo de los sentidos y habilidades de niños con discapacidades físicas o con síndrome de Down.
Ubicado en el kilómetro 10 de la vía la Puntilla-Samborondón, el centro de equinoterapia cubre áreas como la fisiatría, estimulación temprana, psicología y medicina general. En un futuro cercano contará también con hidroterapia y hortiterapia, es decir, el cultivo de huertos.
Inclusión social y solidaridad son los conceptos que el Prefecto desarrolla en su programa para personas con capacidades especiales. En lo político es franco y directo, para qué decir que es de izquierda (en la actualidad es lo más fácil) o de derecha, si desde el centro se pueden generar ideas positivas.