Entre la catarata de leyes que aprueba la Asamblea Nacional, el 11 de junio de 2012, está la nueva Ley de Tránsito, con largo título. En concordancia con el nuevo Código Penal, se creó un régimen punitivo para infracciones en tránsito. Contiene un capítulo sobre los límites de velocidad.
Nuestro punto de vista es que ante tanto accidente y daño humano y económico en el tránsito, se debe cumplir la ley de manera estricta. Ratificamos este criterio.Pero ya en la aplicación están produciéndose efectos inesperados en cuanto a la sanción de multa.
La primera sorpresa, para este columnista, provino del señor Gastón Vaca, residente en Atuntaqui, quien comunica su asombro ante un pago de 160 dólares para matriculación y una multa de 120 dólares. Continuando las sorpresas, desde la ciudad de Ambato (EL COMERCIO, 22 de febrero de 2016) proviene la información de la turista riobambeña señora Elizabeth Zurita, quien al ingresar a esa ciudad se encontró con el avisto de que la velocidad máxima era 70 k/h. ¿Resultado? Multa de 364 dólares, pues habían registrado la velocidad de su vehículo en 71,1 k/h, en lugar de los 70 máximos. Mucho más, el empresario latacungueño Nelson Ayala recibió notificación de que había sobrepasado la velocidad de 50 k/h. “No sé en qué momento superé el límite de velocidad”, manifiesta.
Un arquitecto que trabaja en construcción en Imbabura ha sobrepasado la velocidad máxima de 90 k/h y el radar registró 92 k/h: multa, 366 dólares. Y al momento de matricular el vehículo, se encontró con que debía pagar una multa de 106,20 dólares correspondientes a un vehículo sin placas, sin fotorradar, sin exceso de velocidad. ¡Y nadie sabe nada!
¿Cuántos casos similares están ocurriendo? Por lo menos en Ambato se conoce que entre el 18 de enero y octubre del 2015, la Agencia Nacional de Tránsito recaudó, por multas, nada menos que 7,3 millones de dólares. Ante semejante cifra surge preocupación: ¿Se trata únicamente de aplicar estrictamente la ley; o también se busca recaudar la mayor cantidad de dinero en esta época en que necesitan más y más circulante, porque el precio del petróleo fue a la baja?
La situación de los conductores de vehículo permite solicitar que, ampliando el Reglamento, se establezca un límite de tolerancia solamente para efectos de la multa; porque, como está hoy, paga la multa y matriculan. Si no paga, debe dejar de usar el vehículo.
El lector señor Luis Holguín Ochoa coincide: “Es necesario que se revea esta situación y se analice cómo funciona este método sancionatorio y la pertinente legalidad”.
Según parece, hay entidades para defensa de conductores profesionales y amateurs. ¿Realmente existen? Nadie dice ni pío. ¿Acaso deberemos pedir auxilio al Chapulín Colorado, pues él podrá defendernos? ¿Qué opinan las decenas de políticos candidatos?