Este Diario informa: “Las organizaciones recurren a una vieja práctica para atraer votos para las seccionales.- Rostros conocidos entran en las listas de los partidos”.
El próximo marzo elegiremos 23 prefectos, 23 vicepresidentes, 221 alcaldes, 867 concejales urbanos, 438 concejales rurales, 4.089 vocales de las juntas parroquiales y 7 consejeros del Consejo de Participación Transitorio.
Se inició la campaña; y, con ella, las ofertas incluyendo el oro y el moro.
Menudean las afirmaciones de dedicar todo esfuerzo en favor de los pobres, de los desheredados de la fortuna, de los indigentes.
Pregunta del millón: ¿Realmente están dispuestos a servir a los del pueblo soberano, que yacen en la necesidad y el sufrimiento? ¿Conocen su pobre vida y sus muchas necesidades? Subiendo un poco en la escala económica, cabe preguntar: ¿conocen, cómo es la vida en un pequeño departamento arrendado? ¿Viajan en bus de 25 centavos o tienen automóvil de alta gama?
Algunas Honorables legisladoras de la Asamblea lucen ropa de lujo. En la TV son claras las joyas finas y su belleza debidamente cuidada. Varias mujeres pobres las admiran, pero en el fondo de su alma, las envidian y sienten rechazo. Honorables varones, además de trajes finos y hasta exclusivos, exhiben sus mascotas con pedigree, de pureza racial, de aquellas inscritas en la Asociación Ecuatoriana de Registros Caninos( Aercan) que cuestan entre 500 a miles de dólares.
¿No fue, acaso, un grave error mostrarlos al público llevándolos al recinto de la Asamblea Nacional? ¿Cuál la reacción de los pobres?
La Asamblea tiene el encargo básico de aprobar leyes y fiscalizar. Para la primera y trascendental tarea, se entiende que el legislador debe conocer al menos Derecho y Legislación. De otro modo, necesitan asesores. No es suficiente ser un buen deportista, cantante de éxito, etc, etc.
¿Cuál el impacto en el público –y no solo entre los pobres- al conocer que algunos explotan al asesor y participan de su sueldo, de su tiempo, de su dignidad?
Hay un abismo en los ingresos económicos: el pobre, si tiene suerte, cuenta con trabajo “adecuado” y salario básico. La clase económicamente media, se halla en rápido descenso. No así los de altos ingresos, incluidos muchos políticos. Los ricos y nuevos ricos no se empeñen en exhibir sus fortunas ante la gente en crisis económica; y, como candidatos, pensar que con discursos sobre redención de los pobres; o asistiendo a una comida en el mercado popular; o sosteniendo en sus brazos a un niño pobre “para que tomen la foto”, continuarán confundiendo a los electores.
La clase política debe revisar sus métodos, so pena de sufrir rechazo de los votantes.
Hablen cuanto quieran, pero nunca en nombre de los pobres.