Lolo Echeverría

Engañarse para ser felices

En otro país, para empezar el día, busco las noticias en un diario local. En todas partes los diarios tienen las mismas noticias y opiniones. La primera columna que leo comienza así: “El mito aquel de que los países no pueden quebrar, hace tiempo dejó de serlo. Países del continente, y fuera de éste, han dado fe de esta afirmación. La corrupción, la impunidad, el descaro político y hasta la complicidad de las autoridades, se han confabulado, para crear una ilusión de que lo que hay nunca se acabará.”

Habla de la quiebra de la Seguridad Social y las medidas que se toman para calmar los ánimos. Los problemas son los mismos que los nuestros y las causas también. Pero hablemos de la Seguridad Social en nuestro país y las soluciones. El gobierno no buscará soluciones, empujará el problema hacia adelante, tres años más, mientras tanto seguirá tomando el dinero del IESS y llenándole de papeles. Le debe más al IESS que al FMI.

Los que manejan la institución están siempre haciendo una auditoría y sirviendo al gobierno. Los representantes de los empleadores y los trabajadores, eternizados en el cargo, terminarán momificados aferrados a un vacío legal. Los expertos, que venden su experticia al gobierno, amenazan con soluciones de simplicidad asombrosa: subir, bajar y congelar. Subir la edad de jubilación y los aportes; bajar el cálculo de las jubilaciones y congelar las pensiones de jubilados. Pero saben que expertos y brujos solo valen mientras la gente crea en ellos.

La solución que dicta el sentido común es quitarle la administración del IESS al mayor deudor de la institución que es el Estado. Hacer una limpieza general retirando corruptos, pipones, inútiles y bajar la plantilla a un tercio de la actual. Cobrar las deudas al Estado y a los morosos. Vender todos los bienes improductivos. Hacer inversiones productivas y seguras ayudando a crear empleo. Alejar a los políticos a kilómetros de distancia. Claro, las soluciones de sentido común nadie las toma en cuenta.

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