En este preciso instante, millones de personas huyen de conflictos armados, de las consecuencias del cambio climático, de las desigualdades y de la extrema pobreza, y son presa fácil de traficantes al acecho para someterlas a explotación sexual, trabajo forzoso o hasta para extraerles órganos.
El 79 % de víctimas de trata son mujeres, niñas y niños, según el Informe Tráfico de Personas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
El drama es inmenso. Millones de niñas y niños, mujeres y hombres caen todos los años en manos de traficantes que los atraen con falsas promesas y engaños, denuncia el documento publicado con motivo del Día Mundial contra la Trata de Personas.
El “delito horrendo” se perpetúa mientras usted lee este artículo y ocurre en “mercados de esclavos” públicos.
La compra y venta de migrantes es un negocio enorme. De hecho, la trata y el tráfico humano se volvió un negocio mundial multimillonario, que afecta a casi todos los países del mundo, denunció el director ejecutivo de la UNODC, Yury Fedotov.
“En la actualidad, hay millones de personas cuya libertad, dignidad y derechos humanos esenciales fueron robados. Las someten a explotación sexual, trabajo forzado, servidumbre doméstica, mendicidad forzada, robo, pornografía en Internet y hasta las obligan a ‘vender’ órganos y piel”, señala el informe. “El negocio inhumano está lejos de reducirse; entre 2012 y 2014, se detectaron más de 500 flujos de tráfico, y en países de Europa del oeste y del sur se encontraron víctimas de 137 nacionalidades diferentes”, detalla el documento. Es decir, “el delito de trata de personas ocurre en casi todas partes”.
Los tipos de trata más comunes son explotación sexual y trabajo forzoso, precisa el informe, pero también hay muchas otras como obligar a las víctimas a mendigar, matrimonios por conveniencia, fraude, producción de pornografía, extracción de órganos vitales, entre otros.