Casi todo se puede vender si se le pone un bonito nombre y se le arma una campaña de marketing. Con esos dos elementos se puede vender desde ideologías dañinas (vease “Revolución Ciudadana” o “Socialismo del Siglo 21”) hasta impuestos destructivos (vease el “Impuesto a la Salida de Divisas”).
Porque el ISD es un impuesto destructivo con un nombre vendedor, dado que siempre sonará bien algo que grava la salida de divisas en un país dolarizado. Es más, hay gente que confunde el ISD con un impuesto a la salida de capitales y algunos hasta llegan a pensar que sería deseable impedir que los capitales salgan del país. Pero todo eso está equivocado. El año 2017, el SRI recaudó USD 1 100 millones por ese impuesto que grava en 5% a todo dólar que sale del país. Al observador descuidado se le podría ocurrir que, si el 5% de lo que salió del país son 1. 00 millones, entonces es sólo cuestión de multiplicar ese rubro por 20 y tendremos cuánto capital salió del Ecuador en 2017. Difícilmente se podría hacer un cálculo más errado que ese.
Porque en el mismo 2017, el Ecuador importó bienes por USD 19 300 e importó servicios por USD 3. 00, lo que da unas importaciones totales de USD 22 600 millones. Y eso es más de 20 veces el ISD (la diferencia se explica porque algunas importaciones están exentas), pero esto demuestra que la abrumadora mayoría del destructivo ISD proviene de gravar a los dólares que salen del Ecuador para pagar por los bienes y servicios que el país necesita importar.
En otras palabras, el ISD no es un impuesto a la salida de divisas, sino un impuesto a la entrada de bienes y servicios, es un arancel más que encarece todo lo extranjero pero que existe porque recauda más de mil millones anuales.
Y resulta que hay algunos grandes pagadores de ISD a los que se les podría confundir con “sacadores de capitales” pero que en realidad son importadores de servicios, como las aseguradoras (por reaseguros en el extranjero) o los canales de televisión (por derechos de transmisión).
Y claro, esos supuestos “sacadores de capitales” no son tales, sino que son empresas que buscan atender las necesidades de los ecuatorianos y para eso necesitan insumos extranjeros. Insumos que el gobierno encarece injustificadamente en 5%.
Así, el primer mito sobre el ISD es que grava la salida de divisas (cuando es un vulgar arancel adicional).
El segundo mito es que impide la salida de capitales, cuando en realidad lo que hace es desincentivar su entrada. Sólo imagine que tuviera una buena cantidad de dinero en el extranjero ganando bajas tasas de interés; ¿traería usted su plata al Ecuador a ganar tasas más altas si, cuando quiera sacar nuevamente su platita, tuviera que pagar un 5%?