Eliminación de los subsidios
Un reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) confirma que los subsidios en el Ecuador alcanzarán en el 2014 el 6% del PIB.
Aunque esta cifra es ligeramente más alta que otros países de América Latina (Colombia 4,5%, Perú 5,5%, Bolivia 5,1% o Chile 3,6%), puede convertirse en un factor de riesgo y vulnerabilidad para el país en el caso de una reducción inesperada en los ingresos.
Pensamos, por ejemplo, lo que podría significar para el Ecuador una caída en los precios internacionales del petróleo. De ahí que, para mejorar los márgenes de maniobra y corregir los desequilibrios macroeconómicos, el FMI recomiende eliminar los subsidios.
Si en el 2012 el monto de los subsidios fue de USD 5 015 millones, en el 2013 llegó a los USD 6 603 millones. De este total, aproximadamente el 65% corresponde al subsidio de los combustibles. Es decir, estamos hablando de USD 4 291 millones, lo cual es mayor que la recaudación del Impuesto a la Renta y muy cercano al déficit fiscal.
Aunque se habla en repetidas ocasiones de eliminar el subsidio al gas licuado de petróleo (GLP), como si fuese el más alto, este llega a los USD 600 millones por año. Montos más elevados son el del diésel (USD 1 934 millones) y de la gasolina (USD 1 756 millones). Por ello, si se trata de eliminar los subsidios, aunque sea de manera gradual como propone el FMI, debería considerarse también al diésel y la gasolina.
Si se toma en cuenta que el subsidio al diésel y la gasolina suman un total de USD 3 690 millones, frente a los USD 600 de GLP, la prioridad del Gobierno debería ser otra. En lugar de sustituir cocinas de gas por eléctricas de inducción, debería pensarse en alternativas para reemplazar automóviles de diésel o gasolina por eléctricos o de etanol.
De acuerdo con información que maneja el Ministerio Coordinador de la Producción, Empleo y Competitividad, los sectores económicos que se verían mayormente afectados por una eliminación del subsidio a los combustibles serían la pesca (63,2%), transporte (55,6%), minerales no metálicos (50%), generación eléctrica (44,4%), entre otros. No obstante, la contribución de varios de estos sectores al PIB es sustancialmente menor comparado con la construcción, petróleo y minas, agricultura o manufactura.
Incluso debería analizarse el tema de los subsidios no solo en términos fiscales (es decir, en función de lo que le cuesta anualmente al país) sino también de competitividad. Hay sectores de la economía que son altamente dependientes del consumo de combustibles y que, ante una virtual eliminación de los subsidios, les dejaría fuera del mercado.
Lo otro sería trasladar el alza de los precios al consumidor. Sin embargo, no hay estudios que confirmen cuán elástica puede ser la curva de precio con la demanda de hogares o empresas por una eventual eliminación de los subsidios. Otro tema para seguir analizando.