Varios países del continente atravesaron recientemente o están en proceso de elecciones.
El caso más cercano es el de Chile, en cuya segunda vuelta, prevista para el 17 de diciembre están inmersos el expresidente derechista y magnate Sebastián Piñera y el periodista Alejandro Guillier, quien lidera una corriente apoyada por el oficialismo de Michelle Bachelet y varios grupos del centro hacia la izquierda.
El apoyo a Guillier de la Democracia Cristiana y del izquierdista Frente Amplio podría ser decisivo aunque Piñera tiene músculo y la carrera hacia La Moneda recién empieza. Se advierte una segunda vuelta interesante alimentada por el descrédito de las encuestas.
Al otro lado de la Cordillera de los Andes, los comicios de octubre en Argentina, aunque fueron a mitad del ciclo presidencial marcaron la victoria del presidente Mauricio Macri, su coalición expandió su posición nacida en la ciudad de Buenos Aires y consolidó un triunfo considerado nacional en detrimento del poder que acumuló el kirchnerismo, que pese a los escándalos de corrupción que salpican a la cúpula, sacó de todos modos una votación que sigue pesando aunque sea el principio del fin de un ciclo. De todos modos en un país donde el peronismo copó espacios durante 70 años y sigue existiendo atomizado, nada está escrito.
En Colombia se preparan comicios para el año entrante, las precampañas están en desarrollo.
El gobierno de Juan Manuel Santos con el Liberal Partido de la U y su candidato oficialista, más el proceso interno del uribismo (Centro Democrático, de derecha) o la fuerza del empresario paisa Fajardo tendrán que medir a nuevos adversarios que provienen de la guerrilla y los acuerdos de paz, los herederos de las FARC y su candidato Timochenko.
Donde nada promete ni democracia ni libertad es en la Venezuela de Maduro cada vez más hundida en un pozo sin salida.