El domingo pasado se acaban de realizar unas elecciones claves para el futuro de Alemania y Europa. A diferencia de los países en los cuales rige un sistema presidencial y se elige presidente de la República, en Alemania se vota por los representantes al parlamento (Bundestag). De los resultados de las negociaciones entre las distintas fuerzas políticas se nombra al canciller, quien es titular y jefe del gobierno. Característica principal de un sistema parlamentario.
Los resultados no han sido positivos para el partido de la canciller saliente, Angela Merkel. La Unión Cristianodemócrata (CDU), liderada por el candidato Armin Laschet, ha tenido uno de los peores resultados en los últimos 16 años: 24,1%. Ha retrocedido ocho puntos porcentuales con respecto a las elecciones pasadas. Mientras que el Partido Socialdemócrata SPD, de Olaf Scholz, ha obtenido el 25,7% de los votos. Le siguen los Verdes con 14,8%, los liberales con 11,5% y la ultraderecha del AfD con 10,3%.
El hecho de que ahora el parlamento esté bastante fragmentado obliga a las fuerzas políticas a la búsqueda de alianzas y consensos. En cuanto a la designación del canciller, por lo general este cargo es ocupado por el partido que obtiene el mayor número de escaños para el Bundestag. En este caso, el nuevo canciller debería ser el socialdemócrata Olaf Scholz. Sin embargo, esto no está asegurado. En 1969, 1976 y 1980, por ejemplo, los democristianos obtuvieron un mayor número de escaños. Pero fue la dinámica de las alianzas la que hizo que los socialdemócratas se hagan de la cancillería.
En este caso, uno de los primeros escenarios es que Olaf Scholz sea canciller con el apoyo de los verdes de Annalena Baerbock y de los liberales del FDP de Christian Lindner. Esto debido a que Scholz se ha adelantado a decir que no harán alianza con la CDU. No obstante, pese a Laschet ha sido visto como el candidato fallido de la CDU, no ha descartado la posibilidad de liderar el próximo gobierno. Y es que ese 24,1% de la CDU mantiene vivas las esperanzas, mucho más en el caso de que tenga el apoyo de los verdes y liberales.
Independientemente de que el futuro canciller sea Scholz, Laschet o incluso Baerbock, el gran desafío es igualar o superar el legado de Angela Merkel. Su liderazgo le ha permitido consolidar a Alemania y al mismo tiempo a la Unión Europea (UE) en tiempos realmente difíciles. Por tanto, hay importantes retos que debe sortear el futuro canciller a nivel interno y externo. Tras la severa crisis de la covid-19, la reforma fiscal, la reactivación económica, la protección del clima y la transición ecológica, las relaciones con Estados Unidos, Rusia, China…, así como con los socios europeos, requieren mucha atención.
Hay que tomar en cuenta que la CDU y el SPD cogobiernan actualmente. Olaf Scholz es vicecanciller y también ministro de Finanzas. Por ello, pese al relevo, posiblemente exista continuidad en muchos aspectos. Sin embargo, veamos que ocurre en los próximos meses.