Efectos de la Ley de las Herencias

El presidente Rafael Correa acaba de enviar a la Asamblea Nacional el proyecto de Ley para la Redistribución de la Riqueza (Ley de las Herencias). Lo ha hecho con el carácter de económico urgente. Y aunque el plazo estipulado para este tipo de proyectos sea de 30 días, es muy probable que sea aprobado antes de lo previsto. Pese a ello, más allá del debate ideológico o de cuán legítimo puede ser impulsar una ley que busque “redistribuir la riqueza”, deberían analizarse los efectos que esta norma va a tener en la economía del Ecuador.

La semana pasada, el gerente del Banco Central del Ecuador, Mateo Villalba, presentó las nuevas proyecciones de crecimiento de la economía. El índice de crecimiento para el 2015 será de 1,9% y no del 4,1%. Buena parte de este bajón se debe principalmente a la disminución de los ingresos producto de la caída de los precios internacionales del petróleo.

Este índice de crecimiento será sensiblemente menor, producto de la aplicación de la Ley de las Herencias. ¿Por qué? Porque al ampliar el universo de contribuyentes y al fijar una tarifa de 47,5% para herederos directos y de 77,5% para otros familiares, se estaría aplicando una de las tasas más altas a escala mundial.

Si se toma en cuenta que cerca del 80% de las empresas que existen en el país son familiares, la aprobación de esta ley promoverá un proceso paulatino de desinversión. Aunque esta medida golpeará de manera indiferenciada a los diversos sectores de la economía, habrá ciertas actividades que sufran más que otras. Una de ellas será la de la construcción.

Parece que el Gobierno no se da cuenta que la economía ecuatoriana depende de la actividades de las empresas familiares. Si con esta medida se castiga a este sector, ¿qué va a pasar con los niveles de inversión cuando en el Ecuador la inversión extranjera directa es casi inexistente?

En este afán del Gobierno de generar mayores recursos para cubrir sus problemas de financiamiento, no se ha tomado en cuenta que las empresas de carácter familiar generan más del 75% del empleo a escala nacional. La desinversión que producirá la aplicación de la Ley de las Herencias tendrá, como se acaba de mencionar, repercu­siones sobre el empleo.

Tampoco se ha analizado con profundidad lo que puede ocurrir con la evolución de la recaudación tributaria. Aunque esta se ha incrementado de manera progresiva en los últimos años (el 2014 llegó a USD 13 600 millones), la aplicación de esta normativa afectará a la recaudación, más que nada por el frenazo que tendrá la economía en este año.

Más allá de la intención del Gobierno nacional de redistribuir la riqueza y generar aproximadamente USD 40 millones anuales como producto de la Ley de las Herencias, preocupa que estos efectos en la economía hayan sido pasados por alto.

Veamos si finalmente el gobierno del presidente Rafael Correa considera con calma estos factores y rectifica.

smantilla@elcomercio.org

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