No entiendo… mientras la propaganda oficial nos abruma contándonos sobre el gran interés del Gobierno por la educación, aparecen más y más evidencias de medidas que van contra ella. En todos los medios nos repiten hasta el cansancio sobre la maravilla de los colegios del Milenio, Yachay, Prometeos, becas, evaluaciones, “revolución educativa”, “revolución del conocimiento”; sin embargo el Comex en estos días ha comenzado a aplicar impuestos a la importación de computadoras, laptop, tabletas, flash memories y copiadoras. De pagar cero impuestos pagaremos un 10% sobre el precio anterior. Con esto el acceso a las Tecnologías de Información y Comunicación ,TIC, que caducan y renuevan aceleradamente, se cerrará de manera paulatina para todos, en especial para los pobres.
Los señores del Comex no se han enterado que en esta época de revolución de la información, el acceso a las TIC, es tan o más importante como el acceso al libro editado en papel, como vehículos para universalizar la educación y desarrollar la ciencia, la tecnología, la cultura y promover las libertades de pensamiento y expresión. Debido al internet el aprendizaje ya no solo se realiza en las escuelas, sino en todos los espacios: hogar, parque, centro comercial, bus.
Por esto, los gobiernos y municipios inteligentes en el mundo facilitan el acceso de la población al internet y a las computadoras. Se multiplican los espacios de conexión libre a la red en las ciudades y campos, y se crean programas educativos con adecuada dirección pedagógica que entregan gratuitamente a los estudiantes y profesores millones de computadoras, laptop o tabletas.
Tanto se ha entendido este asunto en el planeta, que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el acceso al internet como un derecho humano. En declaraciones públicas en 2011 el Relator Especial de la ONU, Frank La Rue, señalaba que: “La única y cambiante naturaleza de internet no sólo permite a los individuos ejercer su derecho de opinión y expresión, sino que también forma parte de sus derechos humanos y promueve el progreso de la sociedad en su conjunto”, por tanto los gobiernos deben esforzarse “para hacer al internet ampliamente disponible, accesible y costeable para todos (…) Asegurar el acceso universal del internet debe ser una prioridad de todos los Estados”.
La crisis que se avecina por la reducción de los precios del petróleo está llevando al Gobierno a borrar con el codo lo que hace con la mano. La visión economicista y fiscalista de recaudar plata para el Estado a como dé lugar, lleva a la aplicación de medidas regresivas y poco meditadas como el impuesto referido, que a corto plazo impactará negativamente sobre la educación. Sensato sería cambiar esa decisión. Por tanto: ¡Cero impuestos para las computadoras y accesorios electrónicos!