El mundo rinde hoy un homenaje a los trabajadores. El primero de mayo ya es un día clásico. En el Ecuador las marchas y proclamas reivindicativas se escuchan en estas fechas y han supuesto un certero ejemplo del ejercicio de la libertad de expresión de obreros, campesinos y centrales sindicales, generalmente identificadas con corrientes políticas progresistas y de izquierda.
Hoy se advierte una división. Se han multiplicado las centrales sindicales; ahora son nueve, cuando antes el Frente Unitario de los Trabajadores expresaba una fuerza común significativa. Los avances sociales, la protección laboral y las demandas de mejoras salariales han sido expuestos de manera reiterada en fechas como la presente. Sin desconocer ese importante ejercicio, es indudable que la ocasión se presta para abrir nuestros horizontes y buscar nuevos retos.
Millones de personas en todo el planeta, en búsqueda de opciones laborales o en pro de mejorar sus ingresos económicos, se aventuran a emprender. Son trabajadores individuales o creadores colectivos que lanzan nuevas ideas, las estudian y las multiplican, con lo cual generan fuentes de trabajo y riqueza y dinamizan la economía.
Solamente con una mente abierta y con las herramientas adecuadas se puede salir adelante. Por eso, nuestros lectores encontrarán en la edición de esta fecha tan importante un eje temático retador y que sugiere un cambio colectivo en la actitud, como una opción de progreso.
Nuestro esfuerzo personal, el compromiso patriótico y la necesidad de sacar a la familia adelante y mejorar nuestra calidad de vida pueden ser el motor de estos emprendimientos y de sus efectos benéficos, que suelen expandirse por toda la sociedad.