La economía creció en el primer trimestre al 8,62%. En el cálculo la dinámica de la construcción y el consumo son determinantes, y el papel del Estado frente a la timidez del sector privado es crucial.
Si bien los datos lucen interesantes, es menester analizar el cierre total del año para formarse una opinión más completa. Como las autoridades económicas del Gobierno admitían a principios de año en relación a lo ocurrido en el 2010, ese crecimiento es impulsado por la inversión pública. La cifra de la inversión extranjera directa en el año pasado es insignificante: USD 164 millones. Escuálida si la comparamos con los números que exhiben, por ejemplo,Perú y Colombia.
Un factor que tiene peso específico es el de la construcción. Allí el dato es de un 17,5% de crecimiento comparado con el primer trimestre de 2010, que se explica por la alta incidencia de los créditos del Seguro Social y su banco. USD 425 millones de los préstamos provienen del Biess, mientras que USD 186 millones fueron otorgados por la banca privada. Esta dinamia genera algún impacto inflacionario por la demanda de insumos pero también tiene incidencia social en el sector de la mano de obra menos calificada en la población urbana.
Mientras, todavía no se explican los datos de la baja del desempleo y el subempleo, sobre todo en relación a la Población Económicamente Activa (PEA) que se mantiene sin incrementos sustanciales durante varios años.
Buena parte del crecimiento está en los servicios y el consumo, que tiene su propia dinámica, pero no la indispensable inversión productiva de mayor impacto social. El Estado cada vez tiene más preponderancia frente a un magro sector privado, lo cual denota inconsistencias hacia el futuro si el precio del petróleo no se mantiene alto.