La apuesta era retadora y el resultado fue reconfortante. Juan Fernando Velasco tomó la posta y corrió adelante de la idea de reponer, en versiones que amalgaman frescura y calidad, una atildada selección del repertorio del pasillo ecuatoriano.
La idea tuvo acogida en esta casa editorial y el entusiasmo de Velasco fue convincente: juntó en el disco ‘Con toda el alma’ a importantes figuras de la interpretación musical popular del momento, con reconocidos cultores de este género musical nacional, cuyas voces y virtuosismo conjuntan estas versiones de colección.
Juan Fernando fue recibido en los medios de comunicación. Aquellos que contaron su historia de triunfos y premios internacionales, hoy le abrían sus puertas entre perplejos y curiosos. Es verdad que en algunos discos anteriores Velasco introdujo algunos pasillos muy conocidos y al público joven ya no le extrañaban algunas melodías, pues se había familiarizado con ellas. Pero también es cierto que los programas de pasillos han sido injustamente desplazados de las programaciones radiales o relegados a horarios insólitos.
La apuesta de Juan Fernando Velasco mostró además que un proyecto audaz, con fondo y contenido y con calidad musical, puede tener acogida. Tan es así que en tres horas la edición que circuló con este Diario se agotó.
Luego, como por arte de magia, las copias llegaron a la calle. La piratería hizo de las suyas y el negocio ilegal afloró como en muchas ocasiones ya ha denunciado EL COMERCIO, perjudicando al artista, a los músicos y a los compositores y sus derechos legítimos. De este esfuerzo y éxito contundente queda una lección para los intérpretes jóvenes: hay un público ávido de escuchar buenas versiones de los pasillos de siempre. ¡Manos a la obra!