El retorno de los alumnos a sus aulas en las escuelas y colegios del régimen Sierra tiene este año la característica de las nuevas modalidades de movilidad y la siempre presente condición de la infraestructura física de los planteles.
El año pasado, el Alcalde de Quito dispuso que durante el primer día de clases los horarios de ingreso al trabajo de los funcionarios públicos en el Distrito Metropolitano se retrasen. La medida funcionó y evitó aglomeraciones. Ahora habrá que tomar en cuenta que durante ese primer día persiste la prohibición de circular a los automóviles particulares cuyas placas terminen en 1 y 2.
La entrada a clases está además marcada por un tortuoso proceso de inscripciones en establecimientos educativos de prestigio a cuya nómina aspiraban a ingresar miles de estudiantes en la capital.
Es tiempo además de compra de uniformes y útiles y se esperan todas las previsiones de las autoridades del Ministerio y las direcciones provinciales de Educación para evitar la generación de gastos innecesarios, abusos en los precios de uniformes y listas de útiles elaboradas sin desperdicio y de forma consciente a fin de contribuir al cuidado de la economía de miles de familias.
Punto importante en estas primeras semanas será constatar el estado de las construcciones, su reforzamiento para aplacar los riesgos de terremotos y la puesta a punto de la infraestructura, la reparación de pupitres y la adecuación de aulas y servicios sanitarios en condiciones dignas, a más del equipamiento requerido en laboratorios y avances tecnológicos que garanticen una educación de calidad con el modelo de las escuelas del milenio como meta.
El regreso a clases de miles de estudiantes supone un entorno adecuado para prepararse y estudiar. ¡Buena suerte!