La cooperación alemana con el Ecuador ha sido fecunda por 40 años . Ha habido especial interés en los temas ambientales.
La iniciativa Yasuní-ITT fue analizada por ese país. Lucía interesante dejar el crudo bajo tierra en una zona vulnerable.
Finalmente la cooperación internacional no alcanzó los montos requeridos y tenía condiciones que el Gobierno no aceptó, lo cual motivó la decisión de explotar el crudo.Pese al anuncio de las tareas extractivas en una parte del Parque Nacional Yasuní, la cooperación alemana siguió en 88 proyectos ambientales. Una ayuda considerable que trae como contraparte un sistema de auditoría.
En Europa, si los recursos de la cooperación llegan desde las arcas fiscales, los legisladores deben mostrar con claridad el destino del dinero a sus ciudadanos. Ese ha sido el argumento que ha esgrimido Alemania para solicitar la visita a proyectos ambientales que apoya en esa delicada zona.
En diciembre de 2014, el Gobierno ecuatoriano negó el permiso a los parlamentarios alemanes para visitar el Yasuní. El argumento del ministro Ricardo Patiño: ‘se debe respetar la soberanía nacional’. La consecuencia: cinco de los 88 programas fueron cortados.
En estos días, otro intento de los parlamentarios alemanes de ir al Yasuní ha sido negado. Mientras el Ecuador vuelve a esgrimir argumentos similares, en Berlín se analiza esta segunda negativa en el marco de una cooperación que ha continuado pese a los altibajos.