LO QUE VIENE TRAS LA CONSULTA

Quedan grandes temas por resolver. La inseguridad pública agobia a los ecuatorianos y para superarla no son suficientes ni adecuados los cambios propuestos en la justicia; menos todavía, atarla a la concentración del poder en una sola mano.

Hay aspectos estructurales claves. Uno de ellos es la urgencia de abrirse a la inversión extranjera y nacional, dinamizar la economía privada ajena a la ‘petróleo-dependencia’ y generar abundantes fuentes de trabajo sostenido para atender a los miles de subempleados y desempleados.

Otro tema indispensable es reforzar la reorganización institucional requerida en la Policía, una entidad indispensable a la hora de la lucha contra la violencia y la inseguridad y que, como se sabe, está resquebrajada y necesita un nuevo impulso. Una reforma técnica, no política, se impone. Parece que esa deuda está pendiente y el reto no lo pudieron cumplir con celeridad y eficacia las altas autoridades encargadas.

Finalmente, hay que admitir, en el plano de la gran política, que el momento es distinto, que hay un país diverso y plural que no se alinea de modo monolítico con las propuestas del proyecto de Gobierno que, empero, sigue teniendo millones de seguidores. Ese otro país que emerge tras la consulta merece respeto, espacios y posibilidades de expresarse.

Acaso ya ha llegado la hora de dejar atrás insultos y descalificaciones, la hora de trabajar en un concepto claro de lo que es democracia y atender los temas pendientes en lo social y económico.

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