Apenas 24 horas después de haber sido relevada de sus tareas por el Presidente, María Alejandra Vicuña renunció a la segunda magistratura.
De ese modo se presenta una situación sin precedentes en la vida republicana. En un mismo período presidencial, dos vicepresidentes se van por cuestionamientos. En el caso de Jorge Glas, éste cumple en la cárcel una condena que ha apelado. El retiro de funciones por parte del Presidente, la detención, la cesación del cargo por abandono fueron por el delito de asociación ilícita, y hay otros expedientes en su contra que se deben sustanciar en la justicia.
En lo relativo a Vicuña, cabe decir que apenas se inician las indagaciones, pero mientras la Fiscalía actúa la confesión de los depósitos de los ‘diezmos’ en su cuenta personal dejan una mancha en su hoja de vida y hasta podrían constituir delito.
Al ventilarse la denuncia enseguida se empezaron a conseguir firmas para un juicio político en la Asamblea Nacional. Está por verse si la renuncia tornará este proceso insustancial o seguirá su curso con énfasis político, conforme a la naturaleza inherente al Parlamento.
Pero María Alejandra Vicuña allana el camino político al pedir, primero, licencia temporal, y al renunciar, luego. No se sabe si la Asamblea debe conocer el texto o simplemente esperar que pase el tiempo que manda la Ley sin que ejerza el cargo.
Su discurso de despedida es medido, bien escrito y con ideas centrales. Muestra afectos con su línea política y el expresidente Correa y no exhibe resentimiento con el actual Presidente. Hay una retórica generosa en cuanto a contribuir a la estabilidad política y también un tono de desprendimiento del poder -acaso algo ya inevitable en las actuales circunstancias- al señalar que se defenderá ante la justicia como ciudadana y no prevalida de su cargo.
Ahora el reto es para el Presidente: debe formar y proponer una terna de altura y calidad moral y cívica intachable, que dote al país de un segundo mandatario y confiable que no suponga temores para el Presidente ni sobresaltos para el país.