La profunda contradicción en la política de comercio exterior del país hizo crisis cuando la Unión Europea anunció que el Gobierno ecuatoriano dio señales de no estar interesado en un acuerdo con ese influyente bloque de países.
Las severas contradicciones de altos funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores -un Vicecanciller y un Viceministro- muestran lo que desde hace tiempo ha sido una constante: una visión política, llena de discursos y poco técnica, en un organismo tan importante en un mundo interconectado y globalizado.
Ecuador debe abrirse al mundo y seleccionar con cuidado los acuerdos con bloques de países que le sean beneficiosos, aquellos con los que hay complementariedad.
Hace poco , mientras se veía el freno y la falta de acuciosidad en los diálogos con la Unión Europea, se advertía un entusiasmo inusitado con Mercosur. Una muestra evidente de falta de pragmatismo, puesto que los países de nuestra propia región producen bienes similares y sus requerimientos de nuestra producción exportable no siempre son factibles de cubrir. Mercosur, según el presidente de Uruguay, el izquierdista José Mujica, es un bloque estancado, que perdió atractivo internacional.
Europa es un mercado inmenso; pese a la crisis se debieran concretar conversaciones y acuerdos. Han pasado muchos años y se acerca una fecha peligrosa. En el 2013 vence la vigencia de preferencias arancelarias para llevar nuestros productos a Europa, mientras los tratados de libre comercio de nuestros vecinos, Colombia y Perú, les dan ventaja.
Europa es prioridad, los funcionarios de Cancillería debaten entre ellos inoficiosamente, y hacen daño a la imagen y al comercio del país.