La semana política en Washington estuvo tan animada como caliente.La comparecencia en el Capitolio del ex director del FBI, James Comey, para responder sobre la interferencia del Presidente en las indagaciones de Buró Federal de Investigaciones sobre las supuestas intervenciones de Rusia en la campaña presidencial, pone en el debate público un tema considerado de alto interés.
Lo primero que deberá comprobarse es si la afirmación de James Comey es cierta: ‘Donald Trump miente’. Ya ese solo hecho, en algunos momentos de la historia del país del norte, fue una especie de ‘pecado mortal’ político.
Hay episodios tormentosos del pasado similares a las conversaciones entre Trump y Comey. Imposible olvidar las grabaciones del Watergate. Comey, por su parte, ha redactado memorandos de sus encuentros con el Presidente.
Lo grave, si se llega a comprobar lo que Comey afirmó, aparte de la posible mentira, es la interferencia o no de Rusia en las elecciones presidenciales estadounidenses. El grado de esa intervención y la intromisión en las comunicaciones no solo parece sumamente lesivo para ese episodio de la política interna, sino que podría evidenciar la fragilidad de los sistemas informáticos. Un tema de verdad serio para una potencia mundial.
De momento se discute sobre la interferencia del Presidente en las investigaciones, pero no se descartaría lo que muchos ya comentan: un posible ‘impeachment’ (juicio político) contraTrump.