El sistema de transporte público de Quito colapsó hace varios años atrás debido a la falta de planificación adecuada por parte de las autoridades de turno, que no supieron visualizar el crecimiento de la ciudad a futuro.
Este es el motivo por el cual hoy día vemos a los buses que circulan por la Ecovía y por el carril del trolebús llenos de gente.
No entra un pie más.
Razones sobran para justificar la necesidad de construir el Metro como un servicio de transporte público moderno y cómodo y que, además, permita a los quiteños poder llegar a nuestros lugares de destino en menor tiempo.
Y a quienes cuestionan esta obra, y que de una u otra forma buscan encontrar obstáculos para su ejecución, con todo respeto les invito a hacer un recorrido en el trolebús a las horas pico durante cinco días seguidos, para que con mejor precisión puedan emitir un criterio sobre la conveniencia o no de contar con el Metro.