Ecuador compró a China 4 000 dispositivos de vigilancia por satélite para personas privadas de libertad o que requieran alguna vigilancia especial.
El monto de la compra asciende a USD 14 millones y los dispositivos empezarán a colocarse paulatinamente desde octubre, en cuanto lleguen los primeros aparatos. Se requiere de un personal capacitado de 113 personas para su operación y conexión con los servicios de emergencia y la Policía.
Los primeros dispositivos serán colocados en personas que tienen arrestos domiciliarios. La autoridad fijará un perímetro de libre movilidad, y si se lo evade habrá sanciones y nuevas detenciones para quienes no lo observen.
Otro grupo especial que será usuario en la primera fase es el de personas que sean víctimas de violencia intrafamiliar o hayan denunciado actos de esa naturaleza. Los agresores portarán un dispositivo – que bien puede ser un brazalete o estar colocado en el tobillo – y las posibles víctimas tendrán otro de alarma. Si la distancia prudencial se acorta se emitirá una señal de emergencia que conllevará acciones de auxilio inmediato.
Esta es una medida que deberá ponerse a prueba y que probablemente ahorre gastos de personal policial de vigilancia al erario nacional. Pero sobre todo que evite que actos violentos se cometan contra personas que han sido abusadas o amenazadas. Es un sistema moderno que opera en varios países y debe funcionar. Una buena idea.