Los sueldos del Estado
La Pro forma Presupuestaria para el ejercicio fiscal 2016 llegó como el inexorable mandato de la nueva realidad.Entre los varios ajustes comentados -como la baja de subsidios y aportes al IESS, así como la eliminación del subsidio al transporte interprovincial-, el rol de pagos del Estado está en la mira. Una primera medida demostrativa, aunque sin incidencia sustancial en las cifras, llegó con la rebaja de sueldos de altos cargos. Ahora la idea plasmada en el Presupuesto es no aumentar el gasto, mantener los niveles salariales y no generar más plazas de trabajo. Este fue justamente uno de los puntos señalados como desproporcionados por los analistas críticos: una burocracia que creció en grado sumo, con muchos ministerios y una montaña de asesores.
Debiera empezarse por redimensionar la estructura ministerial. Países mucho más grandes tienen menos dependencias. En la abundancia no se notaba tanto pero hoy, en contracción, su costo pesa.
Es verdad que esa incorporación a la burocracia trajo consigo un robustecimiento de la clase media y una dinámica de consumo que pareció nutrir al comercio y a los servicios, pero la época de las vacas gordas se acabó.
Ahora, Carlos Marx Carrasco anuncia la salida de 200 asesores ministeriales; son 565 en total. El peso de las asesorías en la Asamblea también debe redimensionarse. Falta determinar cuántas personas saldrán del sector público de aquellas que no están en rol pero tienen contrato y peso específico en el gasto corriente. Llegó la hora de la austeridad.