Las autoridades y la gente de los barrios afectados por el aluvión agradecían las donaciones que llegaron para ayudar en estos complicados momentos. Sin embargo, se notaba también cierto malestar en sus palabras que, pese a todo, nunca dejaron de ser amables. Ellos luego explicaron por qué no estaban tan a gusto: en las contribuciones que envió la ciudadanía había sobre todo ropa, pero la gran mayoría de ella vieja, en mal estado. Hasta zapatos sin sus pares llegaron a La Comuna y a La Gasca.
Ha sido siempre muy reconocido el espíritu solidario de los quiteños cuando una calamidad se presenta. Nadie olvida la gran movilización ciudadana y de instituciones de la capital cuando ocurrió el terremoto en Manabí y Esmeraldas, en abril de 2016, para hablar solo de uno de los casos recientes y más notables. Ese espíritu de colaboración altruista, que se da a todo nivel en la ciudadanía quiteña, más allá de las condiciones socioeconómicas de cada persona debe, de todas formas, canalizarse de manera que se convierta en una ayuda eficaz para quienes atraviesan momentos complejos. Lo descrito al inicio es una muestra de que algunos no han comprendido adecuadamente lo que es una donación en una tragedia y la están confundiendo con una oportunidad de deshacerse de cosas que quizá ya no les sirve.
Una donación efectiva debe tender a solventar la necesidad que se intenta resolver. En un primer momento, dijeron las autoridades, sí que requirió de frazadas, ropa; también de alimentos no perecibles, que sí han llegado en una importante cantidad para atender a quienes perdieron sus bienes en la tragedia. Pero ahora mismo, la urgencia es otra: evacuar la gran cantidad de lodo que se ha acumulado en la zona de La Comuna y en la parte alta de La Gasca. Y para eso, lo que se necesita es otro tipo de ayuda: botas de caucho, ponchos de agua, picos, palas, carretillas; también volquetas, retroexcavadoras y maquinaria pesada. La colaboración efectiva ahora debe concentrarse en ayudar a resolver ese requerimiento. Y estar abiertos para seguir ayudando, no solo con cosas, sino con tiempo y conocimientos.