Los poderes debieran ser independientes. La sentencia a la revista Vistazo y la multa de USD 80 000 por el contenido del editorial titulado ‘Un NO rotundo’, publicado antes de la consulta popular, perturba severamente la atmósfera para la vigencia de la libertad de expresión, uno de los aspectos vitales para la supervivencia democrática.
Vistazo tomó postura, la definió en su opinión. El Tribunal Contencioso Electoral emitió una sentencia que contradice la absolución que dictara una magistrada cuando analizó el caso. La multa y la sentencia confunden, por el fondo, lo que es propaganda con lo que es opinión. En democracia el libre flujo de las ideas y debates contrapuestos es vital. Las noticias son el relato de los hechos pero las opiniones son y deben ser libres.
Tras el discurso político -una constante en los cinco años de Gobierno- se fustigó primero al mencionado editorial y luego el Ejecutivo criticó a la magistrada. Ahora, un tribunal con evidentes lazos con actores políticos, que no se puede decir independiente, falla de esta forma. El Ecuador está en la palestra mundial por las graves amenazas contra la libertad de expresión: el juicio a El Universo, a los periodistas autores de ‘El Gran Hermano’, el retiro de la pantalla de figuras periodísticas críticas hasta las recientes amenazas denunciadas por Janet Hinostroza son muestras.
Los insultos, ataques verbales violentos y descalificaciones al periodismo libre, que no es lacayo del poder político, han llevado los casos a altos foros y se han discutido en todo el planeta. La sentencia contra la revista Vistazo a las puertas de la campaña electoral amenaza a la libertad y al libre ejercicio de la íntima esencia humana: pensar y decirlo sin ningún tipo de ataduras.