Pese a los notables esfuerzos del Gobierno, el Presupuesto destinado a Salud Pública apenas llega al 2,9% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras en países de la región como Costa Rica, Chile o Brasil bordea el 4% del PIB.
Llama la atención que un porcentaje significativo de la población paga seguros. Unos 3 millones 200 mil personas tienen seguridad social, 1 millón 900 mil ciudadanos están afiliados al IESS y 1 millón 300 mil tiene algún tipo de seguro privado. Los costos de este rubro suponen un alto porcentaje del ingreso personal y familiar. 11 millones 800 mil personas se ven obligadas a acudir a la salud pública. Mediante los impuestos todos los ecuatorianos pagamos solidariamente el mantenimiento del sistema de salud.
Aunque es importante el esfuerzo en materia de infraestructura hospitalaria y equipamiento, quedan dudas sobre la eficacia. Los gremios médicos sostienen que las cifras de mortalidad no se han disminuido. Hay mucha propaganda y cada vez menos especialistas. Hace falta mayor énfasis en la medicina preventiva, para disminuir la demanda de medicina curativa y no es correcto que los hospitales, fuente inequívoca de preparación profesional, haya dejado de lado su prioridad docente.
Otro aspecto vital debe ser cuidar la calidad del gasto, evitar el despilfarro evidente, por ejemplo, en la propaganda oficial y ser más eficientes.