UNA 'ROCA' VULNERABLE

Del asesinato a sangre fría y por la espalda del narcotraficante Óscar Caranqui, en el patio de la cárcel La Roca, se imputa a un reo que pagaba una condena de 25 años. Están detenidos varios guías penitenciarios y queda en evidencia la fragilidad del sistema carcelario nacional. La Roca era tenida como una cárcel de máxima ­seguridad. Ha sido un mito que se ha desmoronado como si de un material deleznable se tratase.

La fuga de 18 delincuentes muy peligrosos en febrero, explosiones, motines y la evidencia de armas en poder de los condenados, como la que dio muerte a Caranqui el domingo, muestran la realidad. Los ciudadanos podrían preguntarse: ¿si así es la cárcel supuestamente más segura, que puede pasar con las demás? La reciente remoción en altas esferas del Ministerio de Justicia pudiera estar vinculada a este delicado tema que, hay que decirlo, se arrastra desde hace tiempo.

Ó scar Caranqui purgaba una pena por narcotráfico y además era investigado por presunto asesinato. Cuando estaba en el expenal García Moreno fue trasladado sorpresivamente a Guayaquil. En su celda se encontró evidencia de un sistema de comunicaciones sofisticado y no faltaban sospechas de que pudo haber continuado sus actividades ilícitas desde prisión. En La Roca hay imputados por narcotráfico de otras bandas internacionales, lo cual enrarece la atmósfera de su muerte en pleno centro de 'máxima se guridad'.

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