El rigor del clima en el aeropuerto
Para nadie es extraño que el aeropuerto más importante del país, que mueve el 65% de todos los vuelos internacionales, fue inaugurado cuando su infraestructura vial estaba inconclusa. Tampoco era desconocido que el traslado hacia y desde la terminal aeroportuaria sería diferente a lo que ocurría con el viejo aeropuerto.
El nuevo Aeropuerto Mariscal Sucre, desde que fue inaugurado en febrero, ha sufrido muchas dificultades operativas, comenzando por el hecho de que fue construido en una meseta que es muy vulnerable a las inclemencias meteorológicas. Es innegable que las lluvias fuertes, la neblina en los primeros meses del año, las ráfagas y vientos cruzados durante el verano en toda la Sierra han afectado el transporte aéreo, lo cual genera malestar entre los usuarios y también pérdidas económicas a las aerolíneas que han tenido que suspender operaciones o buscar aeropuertos alternos para aterrizar.
Todos estos incidentes escapan del control aeroportuario según ha reconocido Quiport, la empresa que administra la terminal. Las condiciones meteorológicas son típicas del verano, con rachas esporádicas de viento. Todo aeropuerto en el mundo tiene problemas operativos en determinadas épocas del año, lo cual obliga a elaborar una bitácora mes a mes para que el próximo año ninguno de estos fenómenos climáticos nos sorprendan y se pueda intentar medidas preventivas para aminorar el impacto en los usuarios.