Pasó más de un mes desde que el 17 de febrero todos los datos de conteos rápidos y encuestas a boca de urna dieron a conocer que Rafael Correa y su movimiento Alianza País triunfaron en los comicios presidenciales y legislativos.
Varias fuerzas políticas apenas si pudieron tramitar sus recursos y cuestionamientos a los resultados de los escrutinios.
Ganó Rafael Correa, no hubo segunda vuelta y gobernará por cuatro años más, completando 10 años consecutivos en el 2017.
Las grandes interrogantes que se formula el Ecuador están en torno al estilo del ejercicio político que se implemente, toda vez que el Ejecutivo ejerce su influencia total y exclusiva en todos los poderes del Estado. Como si esto fuera poco, cuenta con una aplastante mayoría en la Asamblea Nacional, que le supone poder aplicar reformas sin espacio a disidencias.
El recinto legislativo tendrá una mayoría de 100 curules del bloque oficialista, como resultado del método de asignación de escaños, con una proporción superior a la votación que obtuvo Alianza País. Las fuerzas de oposición ocuparán entre todas 37 escaños. Creo, el Partido Social Cristiano, Sociedad Patriótica, la Unidad de las Izquierdas, Avanza, el PRE y SUMA compondrán una variopinta bancada sin cohesión ideológica.
Todo un reto para la convivencia democrática, donde la discrepancia juega un papel.