Las operaciones a pequeña, mediana y gran escala desde las costas ecuatorianas siguen. Son mafias de carteles internacionales de la droga.Desde enero pasado se mostró de modo crudo, descarnado, el rigor de los narcoterroristas con los ataques a fuerzas policiales, el asesinato de infantes de Marina y de un grupo de periodistas de EL COMERCIO.
Las revelaciones a la opinión pública de los hilos del narcotráfico y sus audaces métodos operativos y lo sanguinario de sus acciones dejaron perpleja a la sociedad. Lo cierto es que, como se ha revelado desde hace años, las rutas del narcotráfico han activado de modo constante despachos por mar desde las costas de Esmeraldas y Manabí.
Tras los sucesos violentos de la primera parte del año, Esmeraldas recibió una fuerte dotación de uniformados que están atentos a los movimientos extraños. Lo propio ocurrió en Colombia, en el departamento de Nariño y la zona de Tumaco, donde operaban grupos armados de disidentes de la guerrilla y varios delincuentes violentos que están en contacto con grandes mafias internacionales. Entonces las operaciones para llevar droga buscaron salidas distintas. Unas, por el Oriente hacia Brasil y otras, por tierra hacia otras playas del sur del Ecuador.
El reportaje publicado ayer por este Diario confirma estas operaciones. La alerta Roja en Puerto Bolívar, el decomiso de gigantes embarques de mercadería sucia con rumbo a Bélgica y Holanda lo corrobora.