La crisis se llevó a Pedro Pablo Kuczynski, quien renunció a la Presidencia del Perú ante el Congreso. Hace unos meses se supo que la empresa de la cual era accionista hizo negocios con Odebrecht mientras él ocupaba un cargo público.
Este caso de relevancia internacional fue tomando cuerpo como parte de la trama del caso Odebrecht, capítulo Perú, que tiene al expresidente Ollanta Humala detenido, a Alejandro Toledo imputado y señalado a Alan García. Nada más ni nada menos que los cuatro últimos presidentes del Perú.
Como telón de fondo está la pugna entre los hermanos Keiko y Kenji Fujimori. Kuczynski, uno de los políticos más formados de Latinoamérica, durante el año y siete meses de mandato, nunca pudo superar las presiones opositoras de quien fuera primero su aliada y luego su rival, Keiko, la hija del expresidente Alberto Fujimori cuya situación de salud le valió el indulto. La decisión de Kuczynski fue criticada por varios sectores, debido a los crímenes de lesa humanidad por los cuales fue condenado. Además, se descubrió la compra de votos por obras para salvar al Presidente del juicio político.
Como salida se apunta a Martín Vizcarra, un líder regional que ocupa la Vicepresidencia y quien además encabeza la embajada del Perú en Canadá.
La huella de Odebrecht muestra sus efectos políticos -y jurídicos- letales en toda la región. Líderes de diversas tendencias mezclaron sus intereses personales con su acción pública.