REFORMA Y REELECCIÓN

El vértigo político ha vuelto a caracterizar la agenda presidencial. Si la semana pasada el presidente Rafael Correa remarcaba la intención personal de no buscar la reelección después del 2017, este sábado retó a que no lo molesten puesto que entonces sí lo volvería a intentar.

Más allá del discurso, de las palabras cambiantes sobre un tema delicado, está una agenda parlamentaria llena de retos inmediatos antes del nuevo período legislativo y de posibles reformas constitucionales.

Cambiar aspectos del Estado garantista, replantearse el tema de los transgénicos, que la propia fuerza oficialista introdujo en la Carta Magna, o aun poner en discusión las normas para aplicar la Acción de Protección, podrían entrar en el debate de una reforma. Pero el planteamiento de una nueva puerta a la reelección no es algo abstracto.

Lo hicieron Alberto Fujimori y Álvaro Uribe; lo repitió, en varios períodos, Hugo Chávez; lo aplicó Lula y lo podría hacer Dilma, y Cristina Fernández de Kirchner quiere forzar una reforma en esa línea.

El apego al poder, cierto rechazo a la alternancia y la ambición de completar un 'proyecto' duradero está en la agenda de la política continental. Por ahora la indecisión presidencial parece un juego, o una amenaza si los partidos, a los que llama la 'partidocracia', o los medios libres, a los que tilda de 'mercantilistas' lo 'molestan'. Pero es un tema que excede un simple capricho.

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