El Presidente de la República anunció anoche que enviará el próximo viernes a la Asamblea Nacional un proyecto para cambiar la Ley de Comunicación.
Lenín Moreno dijo que cinco años de vigencia de la Ley le llevan a cambiar algunos aspectos, para proteger los derechos por parte del Estado y no para controlar y vigilar la libre expresión.
La idea que primó en el gobierno anterior fue acallar las voces distintas, contener las críticas, presionar y hasta perseguir a periodistas y a medios de comunicación en un ejercicio sostenido de imposición, en contra de todas las normas y libertades y en contra de los tratados de Derechos Humanos y libertades suscritos por el Estado.
La libertad de prensa es un bien superior para el ejercicio de la democracia. Desde el inicio de su mandato, el Presidente manifestó una actitud abierta a la libre circulación de las ideas. El Presidente ha pedido a los medios que denuncien los casos de corrupción para corregir acciones equivocadas.
En esa medida, la expresión de ideas y opiniones hoy se erige como un principio, y es de esperar que las reformas estén encaminadas a profundizar el ejercicio libre de la expresión. Algo diferente a la perniciosa y atosigante guerra planetaria que el Gobierno anterior encabezó con palabras, insultos y acciones persecutorias.
El brazo ejecutor de la vigilancia autoritaria, la Supercom, tiene sus días contados. Si se aprueba la reforma, ganarán la democracia y la libertad.