El Estado ecuatoriano recibirá USD 330 millones por la concesión a Claro y Movistar del espectro para la red de cuarta generación (4G). Los contratos con ambas operadoras móviles, que copan alrededor del 97% del mercado doméstico, regirán hasta el año 2023.
De esta manera se abre la puerta para que los más de 16 millones de abonados de la telefonía celular en el país puedan acceder a servicios de navegación de banda ancha más rápidos. La tecnología 4G en promedio alcanza velocidades que son 10 veces mayores que las de la 3G, su red predecesora.
Hasta ahora, la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) -con un núcleo de usuarios aún marginal- era la única que proveía este sistema.
La concesión a las principales operadoras, que ofrecerán en pocas semanas el paquete 4G, trae aparejadas algunas necesidades por atender.
Casi al unísono y a renglón seguido del cierre de las negociaciones, Movistar Ecuador y Claro han coincidido en un pedido: la apertura de más cupos para las importaciones de teléfonos celulares, en particular de los de alta gama, que se requieren para el uso de la red 4G. La primera, por ejemplo, plantea triplicar la cuota actual de USD 33 millones.
Conforme ha dicho el ministro de Telecomunicaciones, Alfonso Espín, el Consejo de Comercio Exterior (Comex) decidirá si procede o no la liberación de las restricciones. Resta por saber si la resolución del Comex irá o no en contravía de las políticas oficiales.