Sudamérica es vista, en el conjunto del continente, parte del epicentro de la pandemia. Hay urgencias económicas.
Si bien lo que sucede en el norte con Estados Unidos y México se aleja de lo que ocurre en Sudamérica, hay aspectos que no cabe perder de vista.
Para señalar a Brasil (un país continente) la simplificación puede conducir a errores garrafales. No es lo mismo lo que sucede en grandes centros poblados que en la zonas selváticas dispersas y alejadas.
No es lo mismo tampoco el norte que el sur. En todo caso, la suma de contagios y muertes es pavorosa.
Brasil tiene al menos dos coincidencias con México y Estados Unidos: líderes de estilos personalistas y toma de decisiones erradas.
A Brasil le sigue Perú en número de contagios. El país, con 33 millones de habitantes, tiene nada menos que 240 000 contagios y más de 7 000 fallecidos. Los sistemas de salud colapsan, como ya lo hemos visto en varios lugares del mundo.
El presidente Martín Vizcarra destinó algo más de USD 200 millones para atender a los sectores informales en más de 900 municipios. El Gobierno busca generar trabajo para un millón de ciudadanos.
Hernando de Soto, especialista en economía informal peruana, estima que si se arregla las dificultades entre minería informal y gran minería se podría liberar USD 135 000 millones. Adicionalmente hay que decir que las reservas del Perú son sólidas.
Otro país con dinero en sus arcas es Chile. USD 40 000 millones de Reserva Monetaria. Aun así, la paralización de las minas de cobre por el covid en el Norte grande afecta este flujo vital para su economía. Los contagios crecen, hay mucha inequidad y las semanas siguientes serán clave.
Un caso aparte es Colombia. El músculo financiero alcanza y la extrema disciplina en el confinamiento muestra cifras relativamente bajas, algo más de 65 000 contagios y poco más de 2000 fallecidos.
Ecuador siente impotencia. La demagogia que aniquiló los fondos debe juzgarla la historia. Se torció la lógica: para enfrentar tragedias como esta se requería guardar dinero.