Una puerta al diálogo

Que el gobierno de Nicolás Maduro y la Mesa de Unidad Democrática, MUD, se puedan sentar frente a frente y esbozar las bases para un diálogo que ponga fin a más de dos meses de tensión y protestas que han dejado una estela de 39 muertos, heridos y seres humanos apaleados y encarcelados, es una buena señal, por pequeña que resulte aún.

La clave la hallaron en primera instancia y, pese a las prudentes expectativas sembradas, los cancilleres de Argentina, Chile y Ecuador, delegados de Unasur. Ellos acudieron, aunque varios días después de que la propuesta prosperara, y lograron conversar con el Gobierno y la oposición .

El primer acuerdo es hacer una reunión pública con las partes en conflicto para presentar la proposición de recuperar la paz y superar la crisis política que ha volcado a las calles a miles de manifestantes en los últimos dos meses y que recibió como respuesta una violenta represión de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional.

Este foro tiene riesgos puesto que, se sabe y se ha visto con profusión estos días, una es la diplomacia de una mesa de negociación y otra, muy distinta, por histriónica y a veces demagógica, la de los micrófonos y los discursos.

Aun así, es un primer paso saludable pese a la postura del vicepresidente Jorge Arreaza al adelantar que no negociarán nada con la MUD y que no se irán los ciudadanos cubanos que son acusados de servir de soporte al Régimen.

Hay que seguir el tema con cautela y cierto grado de esperanza.

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