Con el funcionamiento, desde ayer, del puente que une a Bahía de Caráquez con San Vicente, se concreta una obra largamente esperada por la población de ese sector y de toda la provincia. La impresionante infraestructura evita el viaje en gabarra a través del estuario del río Chone, pero también traerá una serie de beneficios colaterales.
Se espera que la obra, cuya inauguración oficial está prevista para el 3 de noviembre, se convierta en un factor dinamizador de la economía local, que además de sustentarse en la agricultura, la ganadería y la crianza de camarones se basa en el turismo generado en varias localidades del sector.
Las autoridades locales quieren dar un fuerte empuje a la inversión, con obras de infraestructura complementarias y facilidades para proyectos inmobiliarios y turísticos. El reto ahora es conjugar el desarrollo con la belleza y la tranquilidad de las playas y sitios turísticos de ese sector manabita, que son buscadas por ecuatorianos y extranjeros precisamente por esas cualidades.
Al tratarse de una obra estratégica postergada por varias administraciones, no es exagerado decir que el puente Los Caras se convierte en un ícono de la obra vial desplegada por este Gobierno en los últimos años. La multimillonaria inversión -cuya fiscalización debiera ser más pública y transparente- ha cubierto al Ecuador de miles de kilómetros, lo cual es sinónimo de comunicación y desarrollo.
Así como la inauguración del puente sobre el río Tachina, en Esmeraldas, fue motivo de satisfacción hace pocos meses, hoy lo es el funcionamiento del puente sobre el río Chone. Ahora la posta la tienen las autoridades y las poblaciones locales, con la participación activa de los ministerios correspondientes, para lograr un desarrollo sostenible.