La velocidad de recuperación de la economía y recobrar la vida cotidiana que teníamos antes de la pandemia del coronavirus, en marzo del 2020, todavía lucen como anhelos lejanos.
Pero la tarea de un retorno al trabajo presencial es un esfuerzo que hay que ir conquistando día a día.
Por lo pronto, en las empresas públicas y privadas se sigue insistiendo en que todas aquellas labores que se puedan hacer mediante la modalidad del teletrabajo deben seguir.
En el sector público se han adoptado nuevas normas de bioseguridad. Controles de temperatura, limpieza de las oficinas al menos cada cuatro horas y que ninguna persona que no tenga las dos dosis y al menos 14 días de inmunización debiera retornar.
Esa misma situación sería menester que se observe en las empresas privadas, para evitar nuevos episodios de contagios y que no se vea obligado el país a nuevos confinamientos con sus efectos negativos.
El país debe mirar atento a los ejemplos exteriores donde el relajamiento y la poca importancia a cuidados tales como el uso de las mascarillas, la higiene y la distancia personal multiplicaron los rebrotes del virus, más contagiosos y letales.
Ahora, las etapas de retorno a esta nueva normalidad, que no se parecerá en mucho tiempo a la anterior, deben programarse con sumo cuidado.
Primero es preservar la salud, para así evitar que las muertes por covid suban. Para ello, las campañas de vacunación tienen que ampliarse y debemos todos derrotar al ausentismo.
Con información cívica, credibilidad científica y esfuerzos comunes podemos ir cambiando las cosas.
Van llegando cada vez más dosis de vacunas. Ya se incluyen más grupos etarios de personas para la inoculación; entonces, el retorno al trabajo será paulatino y más sostenido.
Este esfuerzo colectivo, liderado por el Gobierno, es tarea de todos.
Una vez vacunados, estaremos protegidos ante efectos nocivos del covid-19, pero no hay que perder de vista que podemos seguir contagiando y las personas que aún no reciben la vacuna siguen corriendo serios riesgos en su salud y hasta de muerte.