En el 481 aniversario de su fundación española, Quito se encuentra de nuevo en la encrucijada y la necesidad de definir cuál es el proyecto de ciudad que desea exhibir en este mundo cada vez más globalizado.
Mauricio Rodas, el actual Alcalde, en la entrevista que publica hoy este Diario, habla de la necesidad de una ‘movilidad sostenida’, con el Metro -la mayor obra de infraestructura en la historia de la capital ecuatoriana- como eje.
El tren subterráneo aparece, entonces, como el centro del enfoque de movilidad de la administración que empezó en mayo del 2014, y que integrará otros sistemas como el metrocable.
La visión del actual Burgomaestre tiene un énfasis distinto al que delinearon en su tiempo dos de sus antecesores en el cargo. Así, Paco Moncayo, quien dirigió el Cabildo capitalino en dos períodos consecutivos, esbozó el llamado Plan Bicentenario. Este buscaba posicionar a la ciudad como un centro tecnológico y de convenciones. De allí, por ejemplo, salió la necesidad de construir el nuevo aeropuerto de Tababela.
Augusto Barrera, en cambio, trazó una gestión más centralista al desmontar las corporaciones privadas. También buscó una política de ‘ciudad incluyente’.
El repaso de las líneas de trabajo de casi tres lustros descubre una realidad. La capital, que busca inversiones y posicionarse como un destino turístico, tiene la tarea de definir su proyecto de ciudad. Este, como sucede en otras localidades del mundo, debiera perdurar en el tiempo, sin importar las banderías políticas.