Al igual que lo han hecho otras naciones, Ecuador se suma a los países que aplican medidas para atenuar cualquier incidencia de la nueva variante del covid-19 denominada Ómicron.
Desde que apareció la pandemia, las principales variantes detectadas y monitoreadas por la Organización Mundial de la Salud han sido Alfa (Reino Unido), Beta (Sudáfrica), Gamma (Brasil), Delta (India) y Ómicron (varios países africanos).
Conforme han ido apareciendo las variantes, los países han adoptando medidas de protección a través de sus autoridades de salud. Cada variante representa un riesgo y ante ello es indispensable reiterar la necesidad de perseverar en la inmunización de la población y en cumplir protocolos de bioseguridad.
Las medidas adoptadas por el Gobierno comprenden disposiciones para quienes lleguen al país, también están la reducción de aforos en espacios públicos y el uso de transporte.
Además, las autoridades persisten en el llamado a recibir la vacuna, así como a poner en práctica las medidas de protección y distanciamiento; sobre todo en una época en la cual se advierten más actividades sociales y familiares por las festividades de Quito, Navidad y fin de año.
No obstante y más allá de estas últimas disposiciones, el país debe estar atento a la mutación del virus que puede surgir en los siguientes meses. Las 194 naciones que integran la OMS discuten cómo prepararse para próximas pandemias. Además, define cómo acelerar los procesos de vacunación para evitar inequidades, como lo que actualmente sucede con la falta de dosis en países africanos.
Al margen de las últimas disposiciones sanitarias que surgen por la variante Ómicron, en el país se siente una surte de relajamiento y eso ha incidido en el incremento de contagios y hospitalizaciones. En determinadas casas de salud, la ocupación comienza a llegar al límite.
El permanente uso de la mascarilla, el lavado de manos y el distanciamiento social se constituyen como los mecanismos que ayudan a protegerse. La responsabilidad está en cada uno de los ciudadanos.