PREPARADOS FRENTE A LOS RIESGOS

El país debe estar preparado para afrontar sismos, tsunamis y avalanchas de suelos. Se demanda recursos abundantes y acciones inmediatas. Hay que hacer énfasis en la preparación en materia de riesgos y el reforzamiento de las estructuras básicas.

Hace un año, tras los sismos de Haití y de Chile, se habló del tema. Hoy, con el desastre de Japón, la prioridad se vuelve más evidente. Los expertos remarcan en que los sismos no se pueden predecir pero afirman que cuanto más nos alejamos del último movimiento fuerte más cerca estamos del próximo.

Las estructuras en el país son vulnerables, al punto que se estima que entre un 60 y 70% de las construcciones correrían severos riesgos en caso de terremoto.

Hay que empezar por reforzar urgentemente las estructuras esenciales. Primero los cuarteles de Bomberos, Policía y Fuerzas Armadas, que en caso de un desastre deben actuar para ayudar a los demás. Enseguida es importante garantizar instalaciones seguras en hospitales y centros médicos y, de inmediato, revisar y corregir problemas en centros educativos que pueden ser utilizados como albergues masivos en caso de un cataclismo.

La prolija reportería presentada por EL COMERCIO estos días muestra una escuela con 200 años en el centro de Quito (zona vulnerable). Exhibe además una cifra insignificante: (USD 2 millones de fondo municipal de emergencia) y señala que el nuevo Código de Construcción con ajustes técnicos pedidos apenas estarán listos en agosto.

Hay que reconocer que se hace un esfuerzo por capacitar a la población, pero todavía no es suficiente. Ante la oportuna prevención frente al riesgo del tsunami tras el terremoto del Japón, no debemos descuidar estos aspectos que podrían salvar miles de vidas en caso de una catástrofe.

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