La economía mundial enfrenta un momento crítico por los temores de recesión en Estados Unidos. Eso desató un pánico en los mercados bursátiles.
Las bolsas de valores en todo el mundo experimentaron caídas significativas. El índice Nikkei de Japón, por ejemplo, cayó un 12,4 %. Fue su peor jornada desde 1987.
La reciente publicación de datos laborales decepcionantes en Estados Unidos fue el detonante. Mostraron la creación de solo 114 000 empleos en julio de 2024 y un aumento en la tasa de desempleo, que llegó al 4,3 %.
Los mercados internacionales reaccionaron con un fuerte rechazo al riesgo, lo que provocó una venta masiva de acciones y una búsqueda de activos refugio. Es decir, los menos riesgos.
Los efectos a corto plazo de esta situación podrían ser múltiples. En primer lugar, la caída de las bolsas podría llevar a una menor confianza del consumidor y a una contracción del gasto, lo que afectaría aún más el crecimiento económico.
Además, habrá más presión sobre la Reserva Federal para que reduzca las tasas de interés. Los inversionistas anticipan recortes en un intento de estimular la economía.
Sin embargo, la incertidumbre sobre la efectividad de estas medidas y el tiempo que tardarían en tener impacto real genera un clima de desconfianza.
En el caso de las criptomonedas, el desinterés por el riesgo podría llevar a los inversores a deshacerse de los activos más volátiles como las criptomonedas, lo que puede dar como resultado caída de precios en el corto plazo.
La situación actual plantea un desafío significativo para los mercados financieros, donde la interconexión entre activos y la psicología del inversor juegan un papel crucial en la dirección futura de la economía global.
Para Ecuador podría representar efectos positivos y negativos. Entre lo malo estaría una caída en el envío de remesas por parte de los migrantes y una reducción de la cotización internacional del petróleo.
Entre lo positivo estaría la reducción de las tasas de interés, lo que bajaría el costo del dinero y aumentarían las posibilidades de financiamiento para Ecuador.
Otro aspecto es el debilitamiento del dólar que permitiría que los productos de exportación serían más económicos en el extranjero.