El panorama del próximo Congreso del Perú, conforme la voluntad popular expresada en las urnas, es novedoso.
Los conteos oficiales habrán de definir si finalmente hay nueve o diez fuerzas parlamentarias.
El Perú ha sobrellevado hondas crisis políticas sin hacer trastabillar el sistema republicano y eso se saluda.
El sacudón producido por las obras de la empresa Odebrecht y sus millonarias coimas, puso en entredicho a varios mandatarios del Perú de distintas tendencias políticas. Tiene imputados a expresidentes, provocó la renuncia de Pedro P. Kuczynski y llevó al suicidio a otro líder popular.
Pero una economía estable, más allá de la honda brecha social evidente, hizo permanecer el sistema.
La elección arroja novedades. Resurge un partido tradicional de derecha liberal como Acción Popular – del ex presidente Belaúnde -, crece una fuerza de centro derecha como Acción por el Perú; renace un partido mesiánico religioso como el Frente Popular Agrícola, que vuelve al Congreso tras dos décadas.
Asimismo, sigue vigente el Partido Unión por el Perú de Antauro Humala -hermano del expresidente Ollanta-; deja algo lejos de opciones de poder al Frente Popular de Keiko Fujimori, que también sucumbió en los escándalos; muestra como otra fuerza al Frente Amplio, de tendencia izquierdista y a Podemos Perú, populista de izquierda; incluye al Partido Morado de centro y a Somos Perú, de similar tendencia.
Entre el primero y el último partido que alcanzarán escaños hay apenas nueve puntos de diferencia y aún queda una posibilidad para otra fuerza. Hay nueve grupos más que no alcanzaron los votos para tener representación parlamentaria, entre ellos el poderoso APRA, fundado por Haya de la Torre -quien nunca fue presidente- y que llevó a la Presidencia a Alan García en dos ocasiones. García se suicidó cuando iba a ser detenido por el caso Odebrecht.
El nuevo mapa político obliga a negociar, a hacer acuerdos. Será el primer paso para las siguientes presidenciales que, como todo lo muestra, no serán iguales que en el pasado.