Daño moral. Es la figura anunciada por el Presidente para entablar un juicio contra los periodistas Juan Carlos Calderón y Christian Zurita. Ellos escribieron un libro: ‘El Gran Hermano’, donde desplegaron el resultado de la investigación periodística que destapó a la luz pública los contratos que las empresas presuntamente vinculadas a Fabricio Correa mantenían con el Estado.
La indagación inicial, aparecida en diario Expreso, se sustentó en documentos contrastados con Fabricio Correa.
Juan Carlos Calderón y Christian Zurita exhiben una dilatada carrera periodística, han escrito libros y se han dedicado a la cátedra. El periodismo de investigación les ha cautivado y a él han entregado su oficio y desvelos.
El periodismo de investigación, en este como en cualquier tiempo, busca revelar aquello que el poder quiere ocultar. Suele ser incómodo para quienes ejercen una función pública pero útil, esencial, se diría, en una sociedad con valores democráticos. Estos implican transparencia en los actos políticos y en el manejo de los recursos públicos de los cuales los gobernantes son encargados por el conjunto del colectivo de los votantes.
El juicio a Calderón y Zurita es una amenaza a todo el periodismo libre. Puede ser un factor de intimidación a quienes han desplegado la tarea de desempolvar los expedientes ocultos del ejercicio del poder y a quienes, como ocurre ahora con el caso de Fabricio Correa, se ocuparon de otros episodios que ni la justicia ni las autoridades de control han podido ventilar. Vale mencionar casos como los patiñovideos, los “come cheques”, las ambulancias, etc.
Este juicio ilustra el peligro de una justicia controlada por el Poder Ejecutivo y su afán de intimidar a la prensa libre e independiente que es fundamental en la democracia.