PERIODISTA AMENAZADA

No son buenos tiempos para el ejercicio del periodismo libre, para la denuncia e investigación -columna esencial del oficio-, para la crítica o la discrepancia con la corriente. Después de varios días de rumores y desconcierto la noticia se confirmó. Fue la propia periodista quien, en el noticiero matutino que conducía, explicó a la teleaudiencia -que estaba pendiente de una respuesta- las razones de su ausencia de la pantalla el viernes pasado.

Hinostroza, en sus propias palabras, dijo que mientras se preparaba la tercera entrega de una investigación recibió una llamada que amenazaba su integridad física y su seguridad personal. Teleamazonas había preparado y estaba emitiendo una serie de reportajes sobre los préstamos del Banco Cofiec, manejado por el Estado desde la crisis bancaria, a un ciudadano argentino presuntamente entroncado con funcionarios públicos.

El Presidente comentó en su cadena del sábado tener conocimiento de ello pero deslindó responsabilidad de su primo, Pedro Delgado, en el detalle de las operaciones de las empresas incautadas. Hinostroza dijo además, que si estuviera sola seguiría hasta las últimas consecuencias, pero no lo está, y anunció su retiro temporal del segmento matutino. Esta renuncia y amenaza debe investigarse. No bastan la solidaridad de funcionarios y la protección ofrecida. Las denuncias deben ser esclarecidas.

Esta mala noticia para el periodismo nacional se inscribe dentro de una atmósfera de amenaza y hostilidad hacia el periodismo crítico, al ejercicio de la libertad de expresión y de pensamiento desde el poder político, que al momento ya cobra varias voces acalladas.

El retiro de Janet Hinostroza es una pésima noticia para la sociedad y sus afanes de información libre.

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