La desaceleración de la economía que afecta al Ecuador desde el 2015 también repercute en el ámbito laboral.
Precisamente, este Diario informó ayer que el desempleo pasó del 3,8% (del 2014) al 4,77% (al cierre del 2015). Eso significa que la cifra de personas que se quedaron sin una plaza de trabajo se incrementó en
84 500, el año pasado. También se afectaron las cifras del empleo adecuado.
El deterioro del parámetro está avalado por los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). También lo han hecho bolsas de empleo.
¿Qué pone de manifiesto esa nueva realidad en el mercado laboral? Básicamente, las empresas públicas y privadas que realizan actividades en el país, en general, han recortado sus ofertas para reclutar a nuevo personal.
Al contrario, se han producido despidos o se han terminado contratos de servicios ocasionales. Esta última figura usó el propio Estado para no renovar más de 5 500 vínculos laborales.
Como ya se ha advertido, uno de los impactos que la recesión económica ocasiona en cualquier país es la merma de los puestos de empleo. Esta es una realidad sobre la cual también alertó ayer la Organización Internacional del Trabajo. Señaló que el número de desempleados volverá a subir a escala global, en este año y en el 2017.
Entonces, el desafío para los sectores público y privado del país está en limitar al máximo los efectos de la crisis financiera en el espectro laboral.