Renuncia indispensable

La renuncia de Eduardo Mangas a la Secretaría General de la Presidencia llegó ayer, luego de varios días de desgaste.

Esa dimisión era indispensable. Preservar la credibilidad de la figura presidencial y su palabra es una prioridad política de cualquier gobierno.

El ex secretario quedó en entredicho cuando se divulgó una grabación, de más de media hora de duración, de un encuentro que supuestamente mantuvo con gobernadores. Sus comentarios sobre la campaña electoral y sus afirmaciones que pueden poner en duda esos resultados; lo dicho en cuanto a las políticas económicas y las tesis sobre el proceso de diálogo y la lucha contra la corrupción, son algunos de los temas espinosos del audio, que, a través de las redes sociales, llegó a amplios sectores.

No vale, no basta la disculpa de que esas palabras habrían sido sacadas de contexto -un pretexto muy recurrido en situaciones análogas-, no.

Ni tampoco el argumento de que esas declaraciones no corresponden a la posición del Presidente. Eso da espacio a la conclusión de que un funcionario que maneja asuntos delicados puede tener y expresar un pensamiento político diferente al del mandatario.

Era necesaria la salida del funcionario, más aún en la línea de partida de una contienda clave como la consulta. El presidente Moreno dijo anoche que nadie está autorizado a interpretar ni sus ideas ni sus decisiones. Los ministros y secretarios son fusibles. Es una ley de la política que no cambia.

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