El de por sí complejo mapa geopolítico de Oriente Próximo se enreda más con la ruptura diplomática de países árabes con el Régimen de Qatar.
Liderados por la poderosa Arabia Saudita, seis países vecinos y monárquicos decidieron poner en jaque al emir catarí y su poderoso reinado. El 99% de la población es de la religión musulmana de la rama sunita.
Qatar es un pequeño estado con una superficie al mayor a 11 000 kilómetros cuadrados(22 veces más pequeño que el Ecuador), con un gigantesco producto Interno Bruto y un ingreso per cápita superior a los USD 73 600 anuales.
Vive del petróleo y del gas del Golfo. Es un aliado de Occidente y en su territorio desértico no se producen casi alimentos (el 9 9% se trae del exterior).En el territorio catarí se ubica una gran base militar de Estados Unidos, conocida como el Comando Central.
Para la ruptura, los países árabes más cercanos, especialmente Arabia Saudita, tradicional socio de EE.UU., aducen que Qatar apoya al terrorismo y mencionan a Al Qaeda y al Estado Islámico, cuya estela de sangre baña a varios países de la región y de todo el planeta.
Qatar, además de su relación con los vecinos, tiene estrechos lazos con Estados Unidos, así como fuertes relaciones con Irán. Es un gran símbolo de la opulencia occidental pero a la vez apoyaría a sus detractores. Desenredar esta madeja es cosa difícil; por ahora la escasez de alimentos y el aislamiento son las informaciones más al alcance.