El incumplimiento en los plazos de entrega, la construcción con materiales inapropiados e incluso las estafas inmobiliarias perjudican a muchos ecuatorianos.
Diario EL COMERCIO mostró el sábado el estado de las denuncias que han presentado personas que se sienten estafadas. Hace falta una actuación severa para proteger los intereses de la gente.
Esta actividad clave debe partir de varias premisas válidas. Primero, la solidez financiera de empresas y personas que se dedican a esta rama. Segundo, la solvencia profesional que garantiza la calidad de las construcciones y el cumplimiento cabal de todos los requisitos legales para que las construcciones sean sismorresistentes. Tercero, la ética para que se usen los mejores materiales y que se empleen los insumos ofrecidos. Y, finalmente, el músculo financiero para cumplir con los plazos establecidos y dotar al proceso constructivo de la dinámica necesaria.
La adecuada intervención de las autoridades, de los gremios de profesionales de la rama de la construcción y la seria y minuciosa supervisión municipal son pasos importantes.
La construcción es una de las más importantes áreas, no solo por su sentido social para dotar de vivienda a los que no la tienen sino porque emplea mano de obra poco calificada y dinamiza toda la economía.
Que por unas pocas empresas inescrupulosas no se salpique a muchas que hacen su trabajo con honradez y capacidad profesional.